Queratosis actínicas

Queratosis actínica

Las queratosis actínicas son manchas o parches de piel escamosos en la capa superior de la piel. Con el tiempo, pueden endurecerse y tener una superficie parecida a una verruga.

-Se presenta después de años de exposición al sol. Hoy os compartimos uno de los tratamientos que utilizamos en Idermic.

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Queratosis actínicas

Una queratosis actínica es una mancha áspera y escamosa en la piel que se presenta después de años de exposición al sol o por los rayos UV de fuentes artificiales como las cabinas de bronceado. A menudo aparece en la cara, los labios, las orejas, los antebrazos, el cuero cabelludo, el cuello o el dorso de las manos. También en zonas del cuero cabelludo que se han visto afectadas por la alopecia. Algunas de estas queratosis actínicas se pueden acabar transformando en alguna variante de cáncer de piel (carcinoma de células escamosas). Este riesgo no supera el 10%. También se le conoce por queratosis solar. Se desarrolla de forma lenta y generalmente aparece en personas que superan los 40 años.

Síntomas de las queratosis actínicas

Las queratosis actínicas tiene formas muy variantes en su aspecto. Las más frecuentes son:

  • Mancha de piel áspera, seca o escamosa (como una mancha senil). Suele ser de menos de 2,5 cm de diámetro.
  • Mancha de forma plana con una pequeña prominencia (parecida a un cuerno) en la capa superior de la piel
  • Superficie dura como si fuera una verruga
  • Sensación de ardor, picazón con sangrado y aparición de pequeñas costras
  • Suelen tener colores como rojo, marrón o rosado.
  • Nuevas manchas que aparecen en la cabeza, cuello, manos y antebrazo, como consecuencias de larga exposición al sol.

Además pueden presentarse en los labios con presencia de placas blandas y descamadas, con pérdida de color en los mismos y con labios secos que no sanan.

Causas y factores de riesgo

Ya hemos comentado con anterioridad que las queratosis actínicas son producidas por una exposición continuada a los rayos solares o los que se producen en las cabinas de bronceado. Entre los perfiles más propensos para su desarrollo destacamos los siguientes:

  • Personas de raza blanca, pelo rubio o pelirrojo y ojos claros y que se exponen al sol durante largos períodos continuos de tiempo sin la protección adecuada.
  • Personas de más de 40 años, ya que se desarrolla de forma lenta a lo largo de nuestra vida.
  • Pacientes que se han sometido a un trasplante de riñón o cualquier otro órgano.
  • Pacientes que toman habitualmente medicamentos que inhiben al sistema inmunitario o que lo pueden tener debilitado por enfermedades como la leucemia, el linfoma o el VIH.
  • Personas que han sufrido quemaduras solares graves
  • Trabajos al aire libre o practicar deporte con excesiva exposición solar.
  • Vivir en zonas muy soleadas

Complicaciones de las queratosis actínicas

Las queratosis actínicas se pueden extraer, aunque como hemos dicho anteriormente, algunas de estas manchas pueden transformarse en carcinomas de células escamosas. En la mayoría de los casos no hay riesgo para la vida del paciente si se detecta y se trata con el tiempo suficiente. Un diagnóstico precoz es indispensable para que las queratosis actínicas se puedan extirpar con éxito.

En general no son dolorosas. Aunque en algunas ocasiones pueden hacerse sensibles al tacto y producir ardor, picor o incluso adherirse a nuestra ropa y sangrar. Es muy difícil distinguir las manchas cancerosas  de las que no lo son. Por esta razón es recomendable acudir a un especialista que haga una evaluación de los cambios en nuestra piel, sobre todo después de la aparición de una mancha escamosa que persiste, sangra o crece. Las personas con antecedentes de haber sufrido queratosis actínicas o algún tipo de cáncer de piel suelen tener muchas más probabilidades de volver a padecerla.

Prevención y diagnóstico de las queratosis actínicas

La protección solar resulta determinante para la prevención y evitar el desarrollo de estas manchas. Es recomendable que tomemos medidas contra la exposición directa al sol. Entre las mismas destacamos las siguientes:

  • Reducción de las horas que nos exponemos al sol. Las horas de mayor peligro de exposición al sol son de 10 a 14 horas. Es la franja horaria donde nos exponemos a quemaduras por el sol o por un bronceado excesivo.
  • Uso de protectores solares de gama amplia Los protectores solares que utilicemos deben ser resistentes al agua y con factores de protección solar de más de 30 (superiores en casos de piel clara). Debemos aplicarlo en toda la piel que se expone al sol, 15 minutos antes de salir y cada 2 horas. Además es aconsejable el uso de bálsamos labiales
  • Usar prendas que cubran brazos, piernas y cabeza. Es aconsejable la utilización de prendas de tejido ajustadas, gafas de sol y un sombrero mejor que una gorra o visera.
  • Evitar el uso excesivo de cabinas de bronceado. El efecto de los rayos uva es el mismo que el de la exposición directa al sol.
  • Controles de nuestra piel de forma periódica (al menos una vez al año) por un especialista. Los exámenes regulares de nuestra piel ayudarán a comprobar bultos, manchas nuevas y protuberancias. Un especialista puede determinar las queratosis actínicas con un simple examen de nuestra piel. En caso de dudas puede incluso recurrir a una biopsia de alguna zona de la piel.

Tratamiento

Las queratosis actínicas aparecen solas y pueden volver a producirse después de nuevas exposiciones directas al sol. El diagnóstico es muy difícil (cancerígenas o no), por lo que se suelen extirpar por precaución. Los medicamentos que se recetan con mayor frecuencia para extraerlas son el fluorouracilo (Carac, Fluoroplex…), imiquimod (Aldara, Zyclara…), mebutato de ingenol o diclofenaco (Solaraze). Este tipo de medicamentos se aplican están muy dispersas o son muy numerosas. Pueden provocar descamación, sensación de ardor o incluso enrojecimiento de la zona durante algunas semanas. En muchos casos la aplicación de estas cremas, geles y soluciones tópicas son suficientes para acabar con estas manchas con riesgos mínimos de cicatrización.

Los diferentes tratamientos van a depender de la localización, edad, cantidad, distribución y estado general del paciente.

En otros casos la queratosis actínica no requiere ningún tratamiento y desaparece por sí sola. Sobre todo si se reduce la exposición al sol y la protección con de la piel con cremas solares. De todas maneras esto no evita la vigilancia de la evolución con consultas periódicas al dermatólogo para verificar la desaparición de las manchas.

Cirugías más frecuentes

Hay muchos tratamientos para la extracción de las queratosis actínicas. Destacamos los siguientes:

  • Crioterapia (congelación): Las queratosis actínicas pueden extraerse con nitrógeno líquido. Es el tratamiento más común y consiste en la congelación de la zona con nitrógeno líquido. Cuando la piel sana, las células dañadas se desprenden y permiten que aparezca la piel nueva. Su duración es corta (sólo unos minutos) y se realiza en el consultorio médico. Como efectos secundarios tenemos la formación de ampollas, descamación de la piel, cicatrices, infecciones o cambios en los coloración de la piel de la zona afectada.
  • Raspado (legrado): El especialista utiliza un dispositivo denominado legra para desprender las células dañadas. Requiere anestesia local y puede estar seguido por una electrocirugía en la que se corta y se destruye el tejido afectado con una corriente eléctrica. Entre los efectos secundarios tenemos infección, formación de cicatrices y cambios de la coloración de la piel en la zona afectada
  • Cirugía con láser: Esta técnica consiste en la aplicación del láser para el tratamiento de la queratosis actínica. El especialista utiliza un dispositivo de láser ablativo que vaporiza la lesión, destruye la mancha y permite que aparezca la nueva piel. Entre los efectos secundarios tenemos la formación de cicatrices y la pérdida de color de la zona afectada. 
  • Terapia fotodinámica: El especialista puede aplicar una sustancia química sensible a la luz sobre la piel afectada. Posteriormente se realiza una exposición a una luz especial (roja o azul) que destruye la queratosis actínica. En general se utiliza para las lesiones situadas en el rostro o cuero cabelludo. Los efectos secundarios son enrojecimiento, hinchazón y sensación de ardor durante la te terapia.
  • Exfoliación química: Aplicación de una sustancia química en el rostro para desprender las capas superiores de la piel y su posterior regeneración después de unas semanas.
2022-12-16T16:51:14+00:00
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