Cuidados de la piel durante el embarazo

Cuidados de la piel durante el embarazo

El embarazo es una maravillosa época de cambio en todos los sentidos, tanto físico como emocional. La piel es uno de los órganos que más se modifica y más se resiente como consecuencia de todos estos cambios. En este post queremos aportar a las mujeres embarazadas algunos principios básicos para los cuidados de la piel y así disminuir o poder evitar las alteraciones que se pueden producir en ella.

Normalmente durante el embarazo la piel del rostro suele estar más luminosa, las hormonas y la mayor vascularización de la misma hace que luzca radiante y sonrosada. Aunque la mejoría es la norma hay que tener en cuenta que en algunas mujeres el cambio hormonal se traduce en una piel más grasa y en acné.
Para cuidar de la piel de la cara es importante utilizar limpiadores neutros sin alcohol y cremas hidratantes que no contengan retinol, ácidos de ningún tipo, agentes 
despigmentantes ni algas. En casos de acné severo es imprescindible consultar con un dermatólogo para un correcto diagnóstico y tratamiento.

Línea Alba

La línea alba va desde el ombligo hasta el hueso púbico. Se va oscureciendo durante el embarazo y va adquiriendo el nombre de línea negra. Realmente nunca es una línea de color negro. Su color es más bien de una tonalidad marrón oscura. La línea alba facilita 2 funciones principales de la faja abdominal:

  • Por un lado que sea más móvil y con capacidad de adaptación.
  • Por otro lado dar más fuerzas

El incremento de los niveles de estrógenos y progesterona, que se produce durante la gestación estimula la producción una sustancia llamada melanina. Esta sustancia es la encargada de pigmentar la piel. Así pues durante el embarazo la pigmentación de la mujer aumenta sobre todo en la zona de la areola, los pezones y la vulva. Aparece una línea oscura que muchas veces se acompaña de vello fino que recorre el abdomen y se extiende del pubis hasta más arriba del ombligo. Es la llamada: línea alba (“blanca”). Su nombre se debe a que en mujeres no embarazadas es clara y prácticamente imperceptible. Las pecas, lunares y cicatrices presentes antes del embarazo también se tornan más oscuras.

En la cara puede aparecer el temido melasma o cloasma gravídico (o máscara del embarazo) que se trata de una hiperpigmentación o mancha que se presentan en zonas normalmente expuestas al sol como son la frente, las sienes, los pómulos o el labio superior y aunque es más frecuente en mujeres de piel más oscura se puede observar en cualquier tipo de piel. El melasma puede aparecer desde el segundo mes de embarazo, acentuándose conforme avanza la gestación. Durante el embarazo no se puede hacer nada para evitar esta hiperpigmentación, estando contraindicado, como hemos comentado anteriormente el uso de cremas despigmentantes. Lo único que podemos hacer para minimizar el riesgo de pigmentación es evitar la exposición solar directa y aplicar diariamente cremas con factor de protección solar alto (FP 50+).

Durante el embarazo la piel se estira con el aumento de volumen que experimenta el cuerpo las zonas que más se resienten son el pecho, los muslos, las caderas y por supuesto el abdomen. A consecuencia de ello, se produce una rotura de las fibras de colágeno y elastina de la dermis provocando la aparición de fibrosis en forma de pequeñas cicatrices: las estrías. Los cambios hormonales alteran la producción de colágeno por lo que también favorecen la aparición de las estrías. Asimismo otro factor a tener en cuenta es la naturaleza propia y el tipo de piel, así como la predisposición genética de cada persona. Las pieles secas y claras son más propensas a las estrías, ya que la dermis se fisura con mayor facilidad si se encuentra poco hidratada. Por lo tanto como no podernos hacer nada frente a los cambios hormonales ni frente a la predisposición genética la única arma para intentar evitar la aparición de estrías será la de mantener hidratada la piel en todo momento. Para ello es recomendable una dieta rica en zinc, magnesio y vitaminas A, C y D así como una ingesta hídrica correcta. Por otro lado será importante aplicar crema hidratante al menos dos veces al día. Se necesita una crema que hidrate, revitalice y restaure la piel. Podemos utilizar cualquier crema hidratante que contenga centella asiática (que actúa como bioestimulante), aceites de yoyoba y borraja, vitamina E o aceite de rosa mosqueta (de efectos reparadores) para aportar la nutrición que necesitamos.

Aunque todos estos cambios son normales y la mayoría desaparecerán a lo largo de algunos meses después del embarazo, puede ser de gran ayuda informarse sobre cuáles serán y, sobre todo, que poder hacer para prevenirlos o tratarlos.

 Dra. Marta Vilavella, dermatóloga de la Clínica Idermic de Terrassa. 

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2022-05-06T09:59:38+00:00
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